Cancún, Quintana Roo
Existen denuncias ciudadanas sobre el maltrato animal, desafortunadamente el desconocimiento de la Ley de Bienestar y Protección Animal de Quintana Roo, que se publicó desde marzo del 2010, no es conocida por el cuerpo policíaco, por lo que no intervienen cuando una mascota está padeciendo maltrato, que va desde no alimentarlo hasta la zoofilia, dijo la protectora de animales, Sara Rincón Gallardo.
Rincón Gallardo relató que en Cancún por ser un sector totalmente turístico no se tiene consideración en la agresión de la flora y fauna no sólo en esta ciudad, sino de la península, debido a la cantidad de animales exóticos que habitan. Los desarrollos hoteleros, restauranteros y urbanos no consideran el impacto ambiental al edificar los grandes complejos, desplazando o exterminando fauna de la región.
Hasta el momento se han decomisado 33 guacamayas, 30 monos araña, dos chimpancés que eran utilizados y explotados en las vías públicas para ser fotografiados como un souvenir. Actualmente ya fueron atendidos estos animales, pero de cada 10 animales decomisados en promedio ocho mueren, ya que como en el caso de los felinos, en su hábitat natural duran dos años al lado de la madre, el último caso que atendió Rincón Gallardo fue de un jaguar de dos meses de edad.
Además de explicar que la dirección de Vida Silvestre autoriza que civiles tengan animales exóticos, el problema posterior es que no cuentan con instalaciones o cuidados, las personas se ven en la necesidad de devolverlos y la Secretaría de Medio Ambiente en conjunto con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) recibe los animales, que como remarca Rincón Gallardo, ya maltratados en la mayoría de los casos.
Dentro de los maltratos más cotidianos se encuentra el ahorcamiento de los perros, ya que los dueños suelen amarrarlos con cuerdas o lazos muy pequeños, falta de agua, envenenamiento y la zoofilia, los animales que padecieron este abuso son dormidos, ya que los daños son irreversibles.
Comentó que los cocodrilos de la laguna se están viendo afectados, consecuencia de que los restauranteros de la laguna los han tomado como espectáculo, arrojándoles comida, los reptiles pierden el miedo al contacto humano, es por eso una causa de los ataques que se han presentado en la laguna, aunado a dos factores más, el primero es que los visitantes tiran la basura sin consideración, posteriormente los indigentes que asisten a recoger latas y desechos no lo hacen sobrios, sino generalmente bajo el influjo de alcohol o droga, como consecuencia se dan estos ataques, ya que aseguró que no hay sobrepoblación de cocodrilos en la laguna, es el humano el que ha invadido su hábitat, concluyó Rincón Gallardo.
Edith Garduño/SIPSE
